Esta ñora especialmente sabrosa, de aspecto redondeado y un color rojo intenso, se consigue mediante un cultivo controlado en la huerta que discurre a los lados del rio Segura en la Vega baja y se traslada hasta las dunas de Guardamar para tratarla mediante túneles de secado para conseguir un secado natural homogéneo conservando las propiedades de la ñora.
Todo este procedimiento se viene realizando de manera tradicional y perdura hoy en día. Despúes del verano es normal ver a algunas familias enristrando las ñoras en las puertas de sus casas en cordeles de distintos tamaños. La ñora de Guardamar disfruta de una gran versatilidad ya que se puede comer frita o para condimentar ensaladas, salazones y para dar sabor a cualquier paella o caldero.